sábado, 12 de noviembre de 2016

El pasado siempre está presente

A estas horas, los recuerdos arañan la puerta de la habitación, con la intención de entrar y torturarnos.
Es que así son los recuerdos, miras a tu al rededor, te sientes devastado y lloras, lloras al ver que nada es como lo era antes, y te dices que ojalá las lágrimas se llevaran consigo el dolor interior que ellos provocaron justo cuando decidieron irse para no dar marcha atrás, y qué sabrán del gran vacío que ahora causan, ese vacío que te produce nauseas y mareos, que ni siquiera la nicotina ni la cafeína pueden llenarlo, porque no está necesitado de eso, sino de respuestas a las preguntas que te planteas cada noche. Una explicación al adiós que nunca dijeron. "Que regresen y que tan siquiera se despidan de mí", te dices a ti mismo mientras te rompes. Tu y tus insomnios los echan de menos, porque un día fueron la felicidad más grande que tuviste en tus manos, porque te marcaron, porque te hicieron ver la vida de una perspectiva muy diferente a la que tenías antes de conocerlos, antes de que entraran en tu vida y se convirtieran en el todo de la nada, como el resurgimiento de algo, o de alguien, o de ti mismo. "Algún día todo esto será parte de mi pasado", piensas. Pero el pasado siempre está ahí, viéndonos desde la esquina por la cual pasamos a diario y que tanto nos duele, incluso nos saluda y nos dice "ven, recuérdeme, porque yo un día fui tu presente y te hice feliz". Y lo fue, pero hay cosas que es mejor dejarlas como están, porque si las movemos o tan siquiera si las tocamos, dolerán el doble. Y lo que darías por tener una máquina del tiempo para regresar justo cuando ellos eran tus únicos momentos felices y todo lo que tenías, nada que desearas más, excepto que se detuviera el tiempo para seguir apreciando la magnificencia de la felicidad.

1 comentario:

  1. Es bueno tener el pasado 'presente', pero para aprender de ello en lo que te has equivocado y recordar buenos momentos. Pero hay que vivir el presente y tener en mente el futuro porque hay que disfrutar y no encerrarse en el pasado. Pero muy buena reflexión.

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