miércoles, 30 de noviembre de 2016

El amor mata, a la vez que nos sana parte 2

Llegaba a casa y no te tenia a ti a través del teléfono dándome conversación.
Y eso lo noté más que nada en el mundo.
 


Seis meses más tarde, a veces te seguía echando de menos, sentía que por mucha gente que conociese, nunca nadie me iba a mirar como tu lo hacías.
Nunca nadie iba a hacerme reír como tu lo hacías, y eso es tan jodido, el seguir esperando algo de alguien que ya ni te recuerda.

De alguien que ni siquiera te esperó, de alguien que solamente te buscó por interés.
Alguien que si fue capaz de seguir y dejarte hecha mierda a ti.



Un año después, me gusta pensar que soy más feliz de lo que antes era, que me siento mejor conmigo misma y que las cosas no son tan complicadas, pero hay momentos en los que lo que me falta ese empujoncito que siempre sabías cuando lo necesitaba y me lo dabas.
 



Son trecientos sesenta y cinco días de tu ausencia, y he comprendido que hay heridas que nunca se cierran, y que si lo hacen, sabes que han estado ahí.
Que siguen ahí aunque ya no se vean.
Que pueden casi ni doler, pero que si la rozas, recuerdas todo aquello que te empeñas en olvidar... y no puedes.

Y eso... déjame decirte, es una putada.
 

La verdad es que me encontré en esas palabras.


La única diferencia es que al tercer o cuarto día, no me morí de pena porque el amor no mata, solo duele.
 


Al cuarto día te seguía echando de menos, te seguía encontrando en canciones, te seguía buscando en los ojos de la gente, te seguía escuchando reír, te seguía esperando al otro lado de la puerta creyendo que el timbre acabaría sonando.

Al cuarto día, me di cuenta de que no ibas a volver, que hay personas que se van y nunca regresan, hay personas que son como canciones, las descubres y no dejas de oírlas, te encanta verlas empezar, pero no ves el momento en el que terminan, no quieres verlo.

Las escuchas, las sigues escuchando y llega el día en el que alcanzan a la nota final, el día en el que llega el punto y se acaban. 

Hay personas que son esas canciones que nunca más puedes volver a escuchar.

Empiezan siendo tus favoritas y cuando terminan, te da pánico el volver a oírla, y yo, un año después, siento que seguirías siendo mi música favorita.


¿Y sabes por qué?


Porque hay personas que son música, y tú, naciste para ser la banda sonora de mi vida.+

1 comentario:

  1. Me parece que plasmas muy bien tus sentimientos, y la historia es muy interesante. Pero hay ocasiones en las que es mejor liberarse de la persona que nos hace daño.

    ResponderEliminar